jueves, 7 de febrero de 2013

Luchando por un sueño. Marcos 8


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Un sueño puede convertirse en algo maravilloso para nuestra vida.  Todos hemos tenido sueños en algún momento de nuestra existencia, en lo espiritual o en lo secular, pero no todos hemos tenido el valor  o el estímulo suficiente, que se necesita para convertir, aquel sueño, en una realidad.
Tener un sueño, sea personal o profesional, grande o pequeño  y esforzarse por convertirlo en realidad,  le da un mayor y verdadero significado a nuestra vida y nos permite luchar sin rendirnos.

Este sueño  imprime a nuestras  actividades cotidianas un mayor sentido de propósito. Y cuando nuestro sueño lo comparten  las personas con quienes vivimos o trabajamos, entonces es doblemente emocionante. Y si nuestros sueños no lo comparten entonces es un reto todavía mayor.
La vida tiene que ser algo más que salir a trabajar y percibir periódicamente un sueldo. Existe el deseo de más significado y propósito. Todos queremos que nuestra vida y por tanto nuestro trabajo, tengan importancia, sean parte de una visión más amplia, y sentir que estamos contribuyendo a la realización de ese ideal.
Sin embargo y lamentablemente todavía…  el mundo está lleno de personas negativas, estas personas tienen miles de razones para explicarle a uno por qué no se realizarán sus sueños y muchas veces lo hacen con un poder de convencimiento increíble.
Jesús tenía un sueño. Salvar a la humanidad, este sueño le permitía soportar, insultos, rechazos, y todo lo terrible que le sucedió. En lo secular que sueño tienes tú. En lo espiritual cuál es tu sueño. Cuando una persona no tiene sueños por lograr, se desanima y por lo general termina en la mediocridad.
Para poder alcanzar un sueño se necesita:
1. Saber quien soy. Si yo estoy seguro de lo que soy otros me van a identificar como lo que soy. Marcos 8: 29 “Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.” Juan 6: 69 “Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
2. Saber que quiero. Lucas 19: 10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” Solo cuando tengo muy en claro que es lo que quiero, logro luchar, y esforzarme, cuando no sabemos lo que queremos cualquier cosa nos desanima.
3. Saber que cuesta lo que quiero. Marcos 8: 31 “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.”  Cuando una persona sabe lo que cuesta lo que quiere se prepara y esto hace que no se desanime en el momento de pagar el precio.
Lucas lo explica muy bien, el dice que para construir algo es necesario primero calcular los gastos para después no terminar avergonzado. Lucas 14: 28 – 29 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?  14:29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
4. Identificar donde está el obstáculo. V 33 “Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” Jesús sabía que esas palabras no eran de Pedro, un hombre luchador y hasta violento. Juan 18: 10 “Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
No todo lo bueno que nos dicen nos conviene. Mateo 16: 22 “Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
No dejes que nadie te diga que no puedes, inténtalo, lucha, tú eres capaz. Dios no hizo personas inútiles.
5. Debo estar dispuesto a pagar el precio. V 34 “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Que es lo que sueñas, ¿estás dispuesto a negarte muchas cosas para lograrlo?, si quieres ser un profesional. Vas a tener que sacrificar muchas de las horas de tu sueño. Si quieres dinero vas a tener que trabajar en los momentos que querías descansar.
Con Jesucristo el perder es ganar, y el dar es recibir. V 35 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
Lucha por los demás pero no te olvides de ti. V 36 “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
La vida espiritual o secular sin sueños es monótona y vacía, Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad
Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado, sino aquel que no sueña



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